Desarrollamos un proceso muy simple para reciclar orina. Conozca los 10 pasos para lograrlo

El 19 de noviembre de cada año, la ONU celebra uno de los más grandes inventos para la salud pública: el retrete. Aquellos que afortunadamente tienen acceso a uno, pasan más de un año de su vida en él; no obstante, millones de personas en el mundo no tienen acceso a uno, y muchas de ellas ni siquiera lo han visto.

El retrete de arrastre hidráulico ha cambiado muy poco desde su invención en 1775. De hecho, uno de estos retretes es simplemente un asiento-taza conectado a un tubo curveado. Si este tubo se conecta a un sistema de alcantarillado, la descarga es transportada a una planta de tratamiento de aguas residuales para luego ser descargada en el ambiente de forma segura.

Sin embargo, 80% del agua residual producida a nivel mundial no es tratada, causando daños ambientales y propagando enfermedades. Aunque el agua residual doméstica tiene nutrientes, éstos son diluídos para ser transportados. Ésto dificulta su remoción, aún en plantas de tratamiento. Es así que son descargados en el ambiente, donde se convierten en contaminantes.

Re-pensar el saneamiento debe empezar por el mismo retrete. Una opción es la recolección separativa. Un retrete separador de orina hace exactamente lo que su nombre indica: separar la orina de las heces. Estos retretes pueden diseñarse “escondiendo” una escotilla recolectora de orina, de forma que se vean igual que los retretes convencionales.

Nosotros desarrollamos un proceso simple que podría incentivar el reciclaje de orina entre la gente. En éste proceso, la orina recolectada es alcalinizada (pH alto) para evitar la reacción que produce amoníaco y el típico olor desagradable de la orina. Luego la orina es deshidratada, convirtiéndola en un polvo seco que retiene todos sus nutrientes.

Cómo reciclar la orina de forma segura

Cuando la orina es recolectada en casa, se evita que la mayor parte de los nutrientes presentes en el agua residual lleguen a las plantas de tratamiento de aguas residuales.

La orina recolectada puede ser usada a nivel doméstico. Los nutrientes de la orina recolectada pueden ser reciclados como fertilizante agrícola. En investigaciones previas se ha demostrado que la orina puede ser usada como una alternativa a los fertilizantes convencionales. De hecho, la orina producida por la población mundial contiene suficientes nutrientes como para fertilizar el 75% de los alimentos que consumimos.

Este tipo de retrete puede recolectar la orina mediante una escotilla oculta, evitando que forme parte del agua residual. LAUFEN/EOOS

Cualquiera puede deshidratar orina de forma segura para producir fertilizante siguiendo unos pocos, simples pasos. Ésto es lo que necesitas:

  • Un recipiente o dispositivo para recolectar orina. Puede ser un orinal, un retrete separador o un recipiente limpio.
  • Un contenedor pequeño. Como se ve en la imagen de más abajo, nosotros usamos un recipiente plástico de 60 x 40 x 20 cm.
  • Algún material alcalino, cuyo pH sea mayor a 10. Algunas opciones son madera quemada o cal apagada. El material de poder usarse en agricultura.
  • Un ventilador que será instalado dentro del contenedor y conectado a la red eléctrica o a alguna batería.
Un retrete separador (A) conectado a un sistema simple de secado, formado por un ventilador (B) adherido a un contenedor (C) lleno de cenizas de madera. El tubo de salida (D) evacúa el aire húmedo. Prithvi Simha

Luego, haz lo siguiente:

  1. Pon el material alcalino dentro del contenedor. La cal apagada se añade a razón de 3 kg mensuales para una vivienda de 4 personas.
  2. Conecta tu retrete separativo al contenedor mediante un tubo corto de 75 mm de diámetro y al menos 1% de pendiente.
  3. Conecta un tubo de salida añ contenedor, para evacuar el aire húmedo afuera del cuarto de baño.
  4. Utiliza el retrete de la forma usual o vierte orina recién recolectada en el contenedor.
  5. Conecta y prende el ventilador.
  6. Repite el proceso cada día durante un mes.
  7. A fin de mes obtendrás un polvo seco conteniendo aproximadamente 9% de nitrógeno, 1% de fósforo y 4% de potasio. Almacena este polvo por un par de días a una temperatura de 20°C o más. Ésto garantizará que el producto sea seguro para su manejo y aplicación casera, en conformidad con la Guía de la Organización Mundial de la Salud.
  8. Aplicar el fertilizante de acuerdo a las necesidades de tus plantas.
  9. Para reiniciar el proceso, reemplaza el material alcalino del contenedor con uno nuevo.
  10. ¡Promueve el conocimiento sobre la orina! Cuando compruebes sus beneficios, comparte tu experiancia y anima a otros a secar su propia orina.

¿Se puede hacer ésto a gran escala?

Es lo que planeamos hacer el año próximo en Sudáfrica. Junto con varios otros actores, estamos encabezando una iniciativa para complementar 1000 retretes separadores con deshidratadores de orina en la ciudad de Durban. Así, esperamos que esa población sea capaz de convertir su propia orina en fertilizante sólido para producir alimentos.

Una de las principales razones para esta iniciativa es la situación actual de vulnerabilidad de Sudáfrica respecto al COVID-19, que ha resultado en elevadas tasas de desempleo e inseguridad alimentaria.

Reciclar la orina proveniente de esos retretes en horticultura a pequeña escala puede hacer una gran diferencia en términos de seguridad alimentaria. A su vez, puede contribuir al cuidado del medioambiente, al promover el uso de retretes.

Durban está en la avanzada mundial del reciclaje de orina: la ciudad ya cuenta con alrededor de 80 000 retretes separadores y más de 1 000 blosques de baterías de urinales masculinos. De esta forma, 450 000 personas ya utilizan saneamiento separativo. Deshidratar la orina de todos esos retretes podría ser el próximo capítulo en la historia de los esfuerzo de la ciudad por adoptar nuevos sistemas de saneamiento.

Autores: Prithvi Simha, Doctorante en ingeniería ambiental, Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas; Christopher Buckley, Profesor y Co-director del Pollution Research Group, Universidad de KwaZulu-Natal, y Jenna Senecal, Investigadora postdoctoral en ingeniería ambiental, Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas.

Este artículo es reproducido de The Conversation bajo licencia Creative Commons. Puede leer el artículo original aquí (en inglés).

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